ha mejorado sensiblemente en los
últimos cinco años, aunque sigue siendo poco fiable en frecuencias y
puntualidad, además de estar siempre abarrotado, motivo por el cual los
turistas suelen moverse en transporte privado (además de que la
normativa del país prohíbe viajar a los turistas en transportes que
cobren en pesos cubanos).
Sólo hay dos sistemas de transporte público en la Habana:
las
guaguas y los camellos.
Las
guaguas son los autobuses locales,
siempre abarrotados de gente. Desde el 2004 se ha renovado la flota con
autobuses japoneses, por lo que ya no son tan viejos y algunos hasta
tienen aire acondicionado (la minoría). Cubren casi todos los lugares
de la ciudad por un precio casi gratuito (40 centavos de peso cubano
(menos de 2 centavos de dólar), y se identifican con la letra P.
Los camellos son autobuses hechos con
la cabeza de un camión, para recorrer los trayectos más largos de la
ciudad. Tiene paradas fijas.
También se puede viajar en tren dentro de la ciudad de la
Habana, desde la estación de Cristina ( la primera que se construyó en
la Habana), situada en Centro Habana. Es muy económico, pero como los
anteriores transportes, hay constantes retrasos, y el tren es muy, muy
antiguo, aunque esto no deja de ser interesante si se busca un viaje de
aventura.